30 agosto 2006

Noche del jueves

El jueves estaba solo arriba entonces voy hasta la barra de abajo a saludar a mi amigo el barman de tenebroso apodo y a ver si se encontraba aún el barman de poca altura para que me acompañe a tomar algo. El primero tenía un humor de perros y el segundo estaba encerrado en el kiosco apretándose a la kiosquera. Veo entonces al Ebanista, sentado en la punta de la barra para estar cerca de la puerta y salir a fumar.

-Che, dejá de tomar solo y andá para arriba- Le dije.

-No, me quedo acá que puedo salir a la vereda a fumar- Respondió respetuoso de la ley.

-No seas boludo, no hay nadie arriba, vamos a fumar de todo lo que consigamos-

-Termino el vaso y subo- Accedió.

Cuando dicho personaje llegó arriba nos sentamos en la mesa más lejana de la barra, pagó una cerveza negra y yo, sin preguntar, saco dos vasos anunciando que pensaba tomar de arriba (como debe ser).
Luego de una breve charla sobre su trabajo como metalúrgico motivada porque aún tenía puesto su uniforme de trabajo pasó a despotricar contra los sindicalistas y a recordar como perdía todas las votaciones en las asambleas.

Inevitablemente, el tiempo y las cervezas que para este momento ya eran varias dieron lugar a que mi pregunta fuera la previsible.

-¿Que sabés del Yaya que hace mucho que no viene? ¿No lo dejan?-

-Debe ser. Desde que se enganchó con una mina anda medio desaparecido, hoy me mandó un mensaje de texto diciendo que venía pero no apareció-

Nos lamentamos un rato de la ausencia de tan insigne personaje del bar y seguimos tomando y fumando un par de horas hablando de cualquier cosa, cuando subía alguien lo mirábamos con cara de pocos amigos y entonces se iba. En un momento uno se atrevió a preguntar a una distancia segura:

-¿Che, vos atendés acá?-

-Si. Si querés algo andá comprá abajo porque no me pienso levantar de esta mesa-

El tiempo pasó y seguimos con la cerveza negra, más tarde se sumó a la mesa otro amigo: el Barman del Otro Bar que parece que ya no es mas Barman del Otro Bar porque mi otro amigo el Dueño del Otro Bar lo echó.

Cuando miro la hora eran casi las cinco de la mañana... no había vendido ninguna cerveza.

28 agosto 2006

1000

Este blog comenzó hace un par de meses con la única intención de servir de medio para descargar tensiones. Contar anónimamente las buenas y sobre todo las malas experiencias que me hace pasar la noche es la forma que encontré de hacer mi trabajo más llevadero.

Al principio, mis post eran pequeños relatos mal escritos que pasaban al olvido sin que nadie los lea; hoy, siguen siendo pequeños relatos mal escritos, pero vaya a saber porqué cosas de la suerte varias personas se han hecho lectores frecuentes. Hoy, cuando leo en mi casilla de mail el informe sobre visitas veo que he llegado a la número 1000.

Quiero entonces agradecer a todos aquellos que siempre leen y comentan, a los que leen pero nunca comentan. Gente de Argentina en su mayoría, pero también de Uruguay, México, Puerto Rico y de Holanda, lo que para mi es lo más sorprendente, todos los días una persona lee este blog desde tan lejano país, espero que algún día deje un comentario.
No quiero terminar sin nombrar al Yaya a quien tengo la suerte de conocer por ser cliente (tanto de este bar-blog como del bar real) y a ¿Vivir? que sabe muy bien por qué aunque a veces tenga dudas de cuanto significa y las cosas que ha logrado en mi.
Tambien a los que no conozco personalmente: Silvia por ser el suyo el primer blog que agregó mi dirección a sus links, a Froggies quien comenta mis post casi desde el principio y quien algun día tendrá que pasar por el bar a escuchar Jaime Ross, Alicia que hoy vive lejos pero parece tiene buenos recuerdos de Córdoba, TT que evidentemente tiene graves problemas mentales compartidos con Alabama Worley, Gir que escribe desde México uno de mis blogs favoritos, La Maga, Sara y Esther que fueron de los últimos lectores que se han sumado y escriben blogs mucho mejores que éste y a todos aquellos de quienes en este momento me estoy olvidando a los que también pido sepan disculpar.

No me extiendo más porque me tengo que ir a atender el bar, están invitados a tomar algo cuando quieran y a seguir leyendo este blog y el otro.

25 agosto 2006

Tengo el corazón con "aujeritos" y van....

Anoche volvió la impresentable pareja que ya se a transformado en un clásico del bar y por lo tanto de este muy mal escrito blog.
La verdad es que esos dos me tienen podrido, así que la voy a tratar de contar cortita.

A las tres y media de la mañana cerré el piso de arriba y me fui a la barra de abajo, ingrata sorpresa fue encontrarlos sentados allí. Estaban totalmente ebrios.

Abrimos una cerveza negra con el barman de tenebroso apodo y nos dispusimos a contemplar el espectáculo que seguramente darían. Diez minutos después comenzaron a pelear, aunque la verdad es que no se les entedía, al instante estaban nuevamente a los besos.

Un rato después se intentaron parar y terminaron en el piso de tan borrachos. Mi compañero les pidió que se retiren. Él abrió la puerta pero se volvió para ir al baño, entonces me levanto para cerrarla y, cuando salgo de atrás de la barra, siento que la mina me toca la cola, cuando me doy vuelta la estúpida intentó poner una cara sexy, que más que eso fue lamentable, horrible la pobre.

Él salió del baño y empezó la discusión porque ella no quería subirse a la moto, lo trató de borracho pelotudo. Él le respondió con otra frase que pasará a la historia: -Basta, tratame como persona-

Finalmente salieron, discutieron media hora afuera, ella le pegó, él la empujó, se volvieron a besar, intentaron subir a la moto y terminaron nuevamente en el piso, hasta que finalmente salieron los dos en la moto a toda velocidad... por la vereda.

Charla entre mi compañero y yo media hora después:

-¿Che flaco, como mando un mensaje de texto a muchas personas?- Me preguntó.

-Ni idea, mi celular es distinto- Contesté

-La puta madre, me voy a comprar uno que cueste cuarenta mil dólares-

-¿Ahhh, y que tienen de buenos?-

-¡¡¡Que te tratan como persona!!!-

24 agosto 2006

Nueva sucursal

Estimados clientes de este bar, como este bartender últimamente se siente un poco limitado al escribir sólo historias del bar es que ha decidido abrir una sucursal.
Un nuevo blog para publicar algunos escritos viejos y otros que irán saliendo sin ningún tema en particular, espero sea del agrado de todos ustedes.
Igualmente aclaro que Blog de Noche, no será para nada descuidado.

El nuevo blog se llama Viejos y Nuevos, visítenlo y hagan sus comentarios y sugerencias

23 agosto 2006

Fragmento

Lamentablemente en el último post tuve que relatar una escena de violencia, cosa que no me gusta pero lamentablemente es muy frecuente (más allá de que no lo cuente).
Por eso es que decidí que dure un sólo día. En este post no quiero decir nada del bar, dejaré que alguien hable por mí; aquí va entonces un fragmento de Cortázar, una terrible muestra de amor, un llanto escrito, un fragmento que llega hasta lo más profundo y hace olvidar las desdichas diarias, porque siempre hay peores.

Lector, tal vez ya lo sabes: Julio, el Lobo, termina y ordena solo este libro que fue vivido y escrito por la Osita y por él como un pianista toca una sonata, las manos unidas en una sola búsqueda de ritmo y melodía.

Apenas terminada la expedición, volvimos a nuestra vida militante y partimos una vez más a Nicaragua donde habái y hay tanto para hacer. Carol reanudó allí su trabajo de fotógrafa mientras yo escribía artículos para mostrar en todos los horizontes posibles la verdad y la grandeza de la lucha de ese pequeño pueblo que infatigablemente continúa su viaje hacia la dignidad y la libertad.

También allí encontramos felicidad, ya no solos en los paraderos del París-Marsella sino en el contacto diario con mujeres, hombres y niños que miraban como nosotros hacia delante. Allí la Osita empezó a declindar víctima de un mal que creíamos pasajero porque en ella la voluntad de la vida era más fuerte que todos los pronósticos, y yo compartía su coraje como siempre compartí su luz, su sonrisa, su enamorada vivencia del sol, del mar y de la esperanza en un futuro más hermoso.

Volvimos a París llenos de planes: terminar el libro, dar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense, vivir, vivir todavía más intensamente. Siguieron dos meses que nuestros amigos llenaron de cariño, dos meses en que rodeamos a la Osita de ternura y en que ella nos dio cada día ese valor que nos iba abandonando. La vi emprender su viaje solitario, donde yo no podía ya acompañarla, y el 2 de noviembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas.

A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato. Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista.

De: Los autonautas de la cosmopista o Un viaje atemporal París-Marsella
Dunlop - Cortázar 1982

22 agosto 2006

Otra vez...

Siempre sostendré mi principio de que el domingo es el peor día para atender el bar, se llena de borrachos y de pretendidos artesanos que, como siempre dije, me caen muy mal. Esto no sucede cuando hay fin de semana largo y los domingos son similares a los sábados; ante esta situación fui a atender el bar sin tanta mala onda, previendo una noche tranquila.

Estaba abajo, a eso de las 23, esperando la medianoche para abrir el piso de arriba cuando entra un tipo, pide una cerveza y, cuando mi compañero le pregunta si tiene una moneda de $1 para darle más fácil el vuelto la pone sobre la barra con tanta fuerza que hizo un ruido que todos se dieron vuelta.

-Ya destapé la cerveza, sino lo sacaba de los pelos- Me dice, aunque conociéndolo se que nunca hace esas cosas, él es un hombre de paz.

Media hora después voy al baño y, cuando intento abrir la puerta la empujan de adentro para que quede cerrada, igualmente entro y veo a este impresentable tomando merca. Ni siquiera se dió cuenta de que yo era el mismo que estaba detrás de la barra. Decido no echarlo y que se la arregle mi compañero, en todo caso lo ayudo.

-Ehh loco, querés un poco?- Creo que le alcancé a entender.

Le agarro la bolsa, hago como que la pruebo y le digo:

-No, gracias, de la barata yo no tomo.-

Salgo del baño y voy a la barra a contarle a mi compañero el barman de pelo largo para que esté atento y no le venda más cerveza.

Abrí a las doce arriba. La noche estuvo tranquila hasta la una, cuando el tipo este sube y empieza a molestar a cuanta persona había, después intenta comprarme una cerveza:

-Dame un cerveza loco...-

-No-

-¿Por qué si te la voy a pagar?-

-Andate por las buenas pedazo de pelotudo, no hagás que te tengamos que pegar-

Una rubia que estaba sentada frente a la barra (me perdonarán las que no lo merezcan, pero tenía que ser rubia para ser idiota) dice:

-¿Che, porque lo tratás así?-

Mi respuesta fue salir de la barra y empezar a empujar al tipo, que se volvió loco y empezó a tirar trompadas y patadas para todos lados, los demás clientes se corrían resguardando más sus cervezas que sus mujeres, seguía intentado pegarme pero no lo logró gracias a mis largos brazos que mantienen a cualquiera a distancia segura; hay que tener en cuenta que yo estoy trabajando y no puedo pegarle a nadie, sólo me defiendo (bahhh, más de una vez pegué, pero no es mi estilo ni me gusta).
En ese momento logro sujetarlo doblándole el brazo, lo tomo del pelo y lo aprieto contra la pared:

-Andate de una vez porque te tiro por la escalera, no vas a ser el primero ni el último- Le digo al oído y lo suelto para que se vaya. El tipo se dió vuelta para intentar pegarme de nuevo, se sumaron dos clientes y entre los tres no lo podíamos sostener de lo pasado de merca que estaba; hasta que uno lo logra tirar al piso y ahi... enloquecido por la adrenalina de la pelea, semicegado por las ganas de pegarle salto con mi pié apuntando directamente su cabeza (es necesario aclarar que calzo 45 y tenía puestos botines con punta y suela de acero). Por suerte primó la conciencia y logré desviar el pié y sólo pegar justo al lado de su cabeza sin tocarlo, como forma de amenaza.

Recién después de todo eso, que duró casi cinco minutos, subió el barman de pelo largo y lo bajó él junto con dos clientes más.

Fue una lástima, el bar venía con una excelente racha de varias semanas sin peleas, pero bueno... tarde o temprano tenía que pasar, la noche es así.

18 agosto 2006

Prolegómenos del surgimiento del desquicio

Qe carájico bas a escrivir empezandico con ece titúlico? No tenguico ni la maz pútica hidea, el titúlico surjió sólico cuandico me zalieron las palabricas y hempecé a escrivir qualquier cósica con la húnica condiciónica de hacérlico con tremendosos erroricos orto-gráficos o hagregandóle letricas a las palávricas.

Como estoi cansadaroso de escrivir sovre el var o sovre locúricas míaz hesta bes boi a acer halgo nuevirrico qe hojalárrica me zalga vien.

toTal ce hentiende lo mísmico escriviendico de cualquierrica manérica, i como no tengo muchico que desir, lo hunirico interesantistico de heste textirrico cerá su estragna formasica de escriturica; ez huna vuena hopciónica cuando huno no tiene muchias hideicas sovre qe carájico escrivir pero hijual qierre aserlo i qe cea de tódicas formásicas interesantísico.

pEro todábia no espliqaste el titúlico!!! Zi ya me di cuéntica, susederre qe ni ciquiérrica el titúlico tiene sentídico hací que no puédico desir nádica de hel.

Lla ce qe ha hesta altúrrica los havré defraudásico, porque ustedeses estabanan esperándoco qe yo contárica miz primericos pasicos por el desquisico, pero no, haká me tienen, vien normalítico como siemprise.

.séver la aíribircse odaiciuqsed eseivutse iS

17 agosto 2006

Tardes

Como el bar abre sólo de noche, muchas veces quienes allí trabajamos aprovechamos las tardes para poder ir y estar tranquilos.
Más de una vez me he acostado a dormir la siesta sobre una improvisada cama compuesta con cajones de cervezas y una campera que una vez se olvidó un policía.
También aprovechamos a veces las tardes para grabar y escuchar buena música en la computadora, preferentemente la que no podemos escuchar cuando el bar está abierto; sin ir más lejos, la semana pasada estuvimos escuchando un disco entero de la Vieja Trova Santiaguera.

Pero como el lugar no es precisamente un jardín de infantes ni un monasterio, por el contrario, es un lugar cuyas estanterías y heladeras desbordan alcohol, muchas veces y sobre todo en los meses más calurosos las tardes son los momentos elegidos para juntarnos a tomar algunas cervezas y fumar algún cigarrillo de los que no se venden en los kioscos, total el bar está cerrado y se convierte en un reducto aislado del mundo.
También las tardes suelen ser momentos de trabajo, ya que es el único momento en que podemos arreglar algo que esté roto, aunque últimamente lo roto queda como está.

Es una hora extraña la tarde, sin la magia de la noche ni la resaca de la mañana; la tarde está allí, sólo como un intermedio entre el ayer y el hoy, a veces interesante y otras aburrida.

Ultimamente lo único que rescato de las tardes es cuando presagian una buena noche.

15 agosto 2006

Tecnología

Anoche a eso de la una de la mañana aparece un tipo con un enorme bolso, se para frente a la barra y me dice

-¿Puedo ofrecer unos productos que yo fabrico?-

Le digo que si, que no hay problema, imaginándome que iba a sacar un par de aros, pulseras o collares comprados al por mayor, que todos venden y por esos se autotitulan artesanos.

Me equivoqué.

El tipo sacó un cartel de unos cuarenta centímetros de ancho, se lo colgó al cuello y, cuando se da vuelta, alcanzo a leer lo que decía en letras enormes y mayúsculas.

MASAJEADORES ORGASMATRÓN $20

No quise preguntar ni menos tratar de ver la forma de dicho adminículo, pero puedo asegurar que, a pesar de que nadie lo compró, pude observar varias clientas preguntando bastante interesadas, y algún que otro cliente también.

14 agosto 2006

Así, con mayúsculas

-Vamos a Rinsa porque toca un amigo que tiene un grupo de rock- Me dijeron el jueves.
Como tenía franco y hacía más de dos años que no entraba a un boliche la acompañé. Me cobraron $8 una cerveza que encima me la pusieron en un vaso de plástico que me lastimaba la boca.

-Vamos a París, me dijeron que está bueno- Dijo un amigo que parece que por una noche había decidido no ir al VIP (en mi época la cosa era en Hangar 18, ahora es el VIP).Me asaltaron $7 con una medida de whisky, lo que no sería nada caro si no fuera porque el whisky era un impresentable Hiram Walker que cuesta, según consta en la última factura del proveedor del bar $8,40 la botella de litro.

-Che flaco, ya que terminaste tu turno vamos a tomar algo a otro bar- Dijo mi compañero el barman de poca altura. Recalamos en Hill Cloude, un bar concurrido por la pendejada local, una especie de Steel* de los bares (Que viejo de mierda!!! Steel dejó de existir hace 10 años!!!) El dueño es amigo así que me cobró $3 una Heineken que en realidad cuesta $7, nos sentamos en dos banquetas olvidadas debajo de la escalera.Todo estaba demasiado bien. Minutos después a un estúpido se le cayó una botella mientras subía. Por suerte se rompió en un escalón y solo sufrimos el correspondiente baño de cerveza pero ningún golpe.

Y así un montón más de lugares; intenté bailar salsa en María María, discutí con un guardia en Pétalos, dejé medio sueldo en Boca de Lobo, me aburrí en Palo Borracho, dí verguenza cantando en Hill Rose, me arrepentí de haber ido a ver un grupo en vivo en Art Decó, etc.

Por eso; a pesar de la pintura que se cae, de las mesas flojas, de las banquetas incómodas, de la escalera que da miedo, de los parlantes que suelen dejar de sonar, de los vidrios sucios, de la poca luz, del piso de madera que ya debería ser cambiado, de ciertos clientes, de la puerta rota del baño y de cientos de cosas más...

No hay como EL BAR

Steel es el boliche más negado de la ciudad, todos íbamos pero casi nadie lo reconoce, menos aún desde que fue demolido hace unos años y su memoria se perdió. Era un lugar donde se reunía toda la pendejada de 14 a 20 años a bailar electrónica (marcha le decíamos) y tomar sprite.

10 agosto 2006

Tengo el corazón con "aujeritos". El Regreso

Anoche a eso de la una de la mañana volvió a aparecer el motoquero que, quienes leen este blog desde hace un tiempo, recordarán que una noche le gritó a su novia: -¡Estoy cansado de que me rompas el corazón!
Parece que la pelea fue solo momentanea porque estaban nuevamente juntos.

Ni bien los vieron entrar empezaron lo comentarios risueños de muchos clientes, de los empleados y de todo aquel al que alguien le contó la historia.

Cuando eran casi las tres, bajo a fumar un cigarrillo en la puerta y los veo a los dos sentados en una mesa bien al fondo, rodeados de clientes que nunca se sientan en ese lugar, sino que usan la barra o el piso de arriba; me extrañó verlos allí.

Llego a la vereda, enciendo el cigarrillo, y uno de los clientes que estaba sentado cerca de ellos sale a buscarme y dice:

-Che flaco, perdoná que no estoy arriba como siempre, pero está muy divertido escuchar como pelean esos dos. El tipo es un otario bárbaro y en cualquier momento llora.

Terminé el cigarrillo y, mientras subía la escalera para volver a la barra veo como él tira un vaso con fuerza contra el suelo, hace un "pucherito" acompañado de un movimiento de su cabeza y, empezando a caminar hacia la puerta grita para que todos lo escuchen:

-¡Lo nuestro se acabó!-

07 agosto 2006

El bar y la política

Los troskistas se quejan de que el bar está lleno de patriaslibres, los patriaslibres se quejan de que el bar está lleno de comunistas, los comunistas se quejan de que está lleno de peronistas y los peronistas se han separado en mendemistas y kirchneristas.
Pero en realidad todos esos desconocen la verdadera realidad política del bar, formada por los siguientes partidos:

El Partido Argentino Preanarquista Ortodoxo*, al que pertenecen la mayoría de los clientes del "elenco estable" del bar, a los que se suma el Barman de Tenebroso Apodo.
Fue fundado en la barra del bar hace mas de cinco años por el cliente que se toma una botella de J&B por noche. Su fundador expresa que el himno del partido es La Hermana de la Coneja de Jaime Ross y que su partido es el de mayor crecimiento en el país, ya que solo acepta militantes si duplican su número; después de fundarlo aceptó a uno, al tiempo se sumaron dos y fueron cuatro, luego se sumaron cuatro más y así están, a la espera de ocho que quieran integrar su partido que se encuentra pronto a celebrar su segundo congreso plenario, para lo que ya encargó que haya suficiente whisky.

El Partido Separatista Cordobés es quizá la expresión más combativa de las que integran el arco político del bar. Su Secretariado General suele reunirse miércoles y viernes en una mesa del fondo a discutir el próximo paso hacia la independencia de Córdoba y a tomarse mínimamente un cajón de cerveza negra. En los últimos tiempos este partido a hecho suya la causa de los fumadores, siendo quienes más han protestado contra la ordenanza que prohíbe fumar, llegando incluso a ejercer acción directa de desobediencia.

Existe también el Círculo Latinoamericanista por la República Española. Cuyos integrantes suelen asistir casi todos los días quedándose hasta que no hay ningún otro cliente y obligando al barman de turno a que ponga canciones de Serrat (Sobre todo aquella de "banderas lilas, rojas y amarillas"), Quilapayún, Inti Illimani, Los Olimareños, Silvio Rodriguez y otras cosas afines.Se los pudo ver recientemente en el acto de Chávez y Fidel portando una bandera que rezaba "No seremos la mayor columna, pero somos la mas ebria de todas"

El Frente Revolucionaro por la Liberación Sanvicentina, a pesar de ser el menor en cuanto a número de integrantes, es el que mayor infiltración logró en la estructura sindical del bar, ya que dos de sus miembros fundadores son el Barman de Poca Altura y quien escribe este blog. Considera su aliado táctico al Partido Separatista Cordobés aunque reconoce que una vez lograda la independencia de Córdoba luchará por la autonomía de la República Ginebrera de Barrio San Vicente.

*La sigla de este partido, adjuntada a la expresión ¡¡¡Viva el ...!!! Produce una frase típica de borracho cordobés que es reprimida duramente por nosotros cada vez que alguno de sus miembros viva de esta forma a su partido

05 agosto 2006

Historia del ebanista que fue confundido

Personaje frecuente y bienvenido si los hay, el ebanista es una de esas personas que realmente merecen calificarse como artesanos.
Rodeado de mujeres indecentes o ebrios docentes sus noches suelen transcurrir en la más recóndita mesa del bar bebiendo cerveza negra.
El viernes andaba sólo, quizá por eso subió a tomar algo en el entrepiso.

-Dame una negra- Dijo arrimando una banqueta a la barra.

Le doy la cerveza, se la cobro, se sirve y, acto seguido, la agarro y lleno mi vaso. No dijo nada, los que se sientan en la barra saben que es así.

Al rato bajó y volvió a subir acompañado del barman de poca altura que a esa hora ya había terminado su turno y por dos sendos vasos de whisky que fueron vaciados antes de que el hielo empezara a derretirse -Es porque no me gusta aguachento- Dijo ensayando su falaz defensa que nunca esperó ser creída.

En el fragor de la escabiada charla, matizada con enormes carcajadas que hacían que los clientes volteen sus cabezas, contó una anécdota sucedida en el bar que se llevó todos los aplausos de la noche:
El barman de poca altura suele esquivarle al trabajo de recolectar las botellas vacias y vasos usados que hay en las mesas, por lo que luego de unas horas el bar tiene más botellas que la difunta correa. Ante esa situación a los clientes no les queda otra que, al sentarse, recoger las cosas que hay sobre la mesa y llevárselas a la barra, ya que en el bar no hay mozos.

Cuenta entonces el ebanista que una noche entra al bar y estaban todas las mesas ocupadas, menos una que tenía cuatro botellas vacías y algunos vasos. Presuroso, luego de saludar va hacia la mesa, levanta todo y lo deja en la barra. Al volver había sentadas en la mesa dos chicas que recién entraban al bar y que lo vieron hacer eso.
Cuando llega a la mesa para recriminarles que él la había limpiado para sentarse, antes de que pueda hablar una le dice:

-Hola. Traéme una cerveza y dos vasos-

04 agosto 2006

24 horas

Son casi las 11 de la noche de un viernes, frío, pero igual a cualquier otro viernes.
Me pongo a escribir esto sin saber que quiero decir hoy, solamente me siento y escribo lo que va saliendo.

Hoy a la tarde me puse a pensar un poco en que llevo una vida casi a contramano del mundo, a ver si logro resumir un poco como es un día.

Lunes, como anoche estuve en el bar hasta las 6 y llegué a mi casa a las 7, me levanto a eso de las 2 de la tarde con el siempre repetido grito:
-Levantate de una vez que ya está la comida y abrí esa ventana que no se aguanta el olor a alcohol que hay ahí adentro-

Me siento en la mesa despeinado, ojeroso, con la garganta a la miseria y tratando de recordar que pasó anoche. Como dos o tres bocados, nada más, cuando me levanto no tengo hambre.
Después algo de música, raramente televisión o casi siempre algún libro, preferentemente de historia.
A eso de las cinco me como todo lo que hay en la heladera, una hora después estoy durmiendo: siesta de 6 a 9.

Me vuelvo a levantar, una ducha de agua bien caliente al principio y bien fría al final, un poco de vida social y al bar de nuevo.
Llego al centro a eso de las 22:30, voy al cyber a ver los mails y el blog, entro al bar a las doce en punto, me fijo las caras que hay, saludo a los conocidos, recojo alguna botella tirada en el piso o abandonada en alguna mesa.

-Contá la cerveza que queda y hacé la caja- Le digo a mi compañero, el barman de poca altura, anunciándole el fin de su turno y el comienzo del mío.

Una vez que termina, hago lo mismo; recuento cervezas y dinero y me hago cargo del bar.
A la una suelo servirme el primer whisky de la noche, más tarde quizá alguna cerveza negra o lo que ese día se me ocurra.
A las cuatro y media aviso que no vendo más; a las cinco y media ya no hay nadie entonces limpio el bar.
Una vez que terminé suelo sentarme detrás de la barra, en el piso, a tomar algo y escuchar la buena música que no pude poner porque seguramente algún idiota se iba a quejar. Se preguntarán porqué me siento en el piso; la verdad es que no se, lo hice una vez y desde entonces se ha repetido cada noche.

Después a cagarse de frío esperando el ómnibus, solamente para que mañana todo vuelva a suceder...

03 agosto 2006

Sos el primer trabajador

Llegaron a eso de la una de la mañana.

Unos tenía un gorrito estilo Chavo del 8, el otro pelo con rastas. Uno cargaba una pesada mochila, el otro una más chica y una guitarra. Los dos tenían bastante olor. Se sentaron en una mesa.

"Pueda ser que no me rompan las pelotas estos sucios de mierda" Pensé en un arrebato del tipo Canal 9.

Luego de estar diez minutos sentados en la mesa uno se levantó y llegó a la barra.

-Hola chabón, dame un chela- Dijo con un acento a Capital Federal bastante molesto

-¿Una que?- Dije a propósito

-Una chela loco, una birrita-

-Ahh, una cerveza- Si hay algo que detesto es cuando le ponen apodos a las cosas, me hago el que no se de que me hablan.

Le doy la cerveza sin pronunciar nada más que las dos palabras mágicas:

-Cuatro pesos-

Luego de un rato y de tenerles que hacer apagar un cigarrillo porque no se puede fumar y un sahumerio porque no me gustan, los veo contar monedas.
Viene el mismo de antes, para en la barra y tira (porque no puedo decir que puso, sino que tiró) unas monedas.

-Otra chela chabón-

Siempre con mis manos detrás de la espalda inclino un poco la cabeza, miro las monedas y, sin contarlas, le digo:

-Falta-

-Si chabón, son tres pesos, pero me vas a cobrar un peso menos porque yo soy de la Capital y artesano-

Si era un chiste era de pésimo gusto, pero lo peor era que no, lo decía en serio.

-Mira estúpido, andate ya de este bar antes de que te partamos la cabeza-

Agarraron sus cosas y, cuando llegaron a la puerta, el que había venido a la barra empezó a gritar:

-Loco yo soy artesano, a mi me tenés que cobrar menos, sino buscate un trabajo como la gente-

Todavía no entiendo lo que quiso decir, parece que el muchacho se considera una especie de gran trabajador o artista incomprendido, todo por vender aritos hechos con alambre quirúrgico