17 marzo 2007

Tipos duros

No se porque, pero muchos hombres siempre consideraron poco masculino demostrar sus sentimientos. Son muy pocos los clientes que llevan a sus parejas al bar y eso está mal visto.

En el bar, hablar de sentimientos es casi una mala palabra y el camino seguro a ser el azmerreír de la noche. Este es lugar de tipos duros y en toda charla los sentimientos no son más que simples puestas en escena para llevar a la eventual ingenua a la cama más que una noche.

Anoche voy llegando al bar, a pocos metros de él se ve un pasacalles que reza: Maru. Sos el amor de mi vida. Tu Gordo.

Lo pasé sin darle mayor importancia, sólo me hizo recordar un post de Cabo Reyes sobre un pasacalles.

Cuando entro al bar puedo ver a mis habituales contertulios reunidos todos en torno al Barman de Pelo Largo, enormes carcajadas y gestos de todo tipo inundan el ambiente.

-Ehhhhh, llegaste culiauuuu.- Dijo El Electricista

-Chango, chango, déjenlo pasar- Recriminó el Barman de Pelo Largo que mientras tanto ya me iba sirviendo un vaso de un líquido indeterminado.

-¿Que mierda les pasa que hay tanta joda? ¿Se enteraron que no existen los reyen magos?- Dije sabiendo que la última pregunta los haría ir directo al grano.

-No, boludo. ¿No viste el pasacalles que hay afuera?- La cosa comenzaba a aclararse con las palabras de Dante, el único cliente abstemio del bar.

-Si ¿Que pasa?-

-Vamos flaco, no puede haber tipos tan estúpidos de poner algo así en la calle.- Dijo el Barman mientras se acordaba de venderle una cerveza a una clienta que la pedía hace cinco minutos.

-Las mujeres cuestan mucha plata loco, mi novia siempre quiere flores, salidas al cine, comer en algun lugar que no sea el Bar del Nano y un montón de giladas más. Y con lo que yo gano de pedo que llego al alquiler y a un par de cervezas acá con ustedes.- Sentenció con gesto adusto El Electricista esperando una palabra de comprensión.

-Ven que yo siempre tuve razón; las putas son lo más económico- Dijo, inmutable, Carlitos.

16 marzo 2007

De casa al trabajo y del trabajo a casa

Seguramente te casaste por iglesia "como dios manda" siendo vos y tu mujer vírgenes porque "antes no".

Tenés un autito chico que compraste en 84 cuotas con anticipo, pero no lo hiciste antes de pagar tu casa, chica pero cómoda, a media hora en omnibus desde el centro, pintada de blanco, aberturas de madera y rejas negras.

Trabajás 12 horas en una alienante oficina y tenés que decirle que sí a todos los planteos y órdenes pelotudas de tu jefe, a pesar de que te considerás mejor que él. Pensás que algún día llegarás a su lugar, pisando todas las cabezas que hagan falta. No sabés de sindicatos, paros, huelgas ni reclamos, no vaya a ser que te tomen por zurdo.

Tu mujer (a la que nunca le metiste los cuernos ni lo harías) se pasa el día haciendo tareas domésticas y cada tanto le pega una mirada al Gran Hermano (¿Viste que se fue Noelia?). Nunca fue una modelo pero tampoco es fea, es lo que llamamos "una chica normal" nada de voluptuosidades ni estridencias. Una señora de su casa, decía mi abuela.

Tenés dos hijos, un varón y una nena. No son sobresalientes pero en la escuela no tienen problemas, seguramente pensás que salieron inteligentes como vos. Por las tardes él va a la escuelita de fútbol, si te sale un Maradona te salvás para el resto del viaje. Ella va a danzas, en realidad es para que haga algo; la danza no salva a nadie, sólo a cuatro o cinco rusos cada 20 años.

No tomás, no fumás, la droga es algo que existe en las películas. Sólo los domingos te permitís una botella de vino barato pero decente, algo así como un Tocornal o un Valderrobles. Ese asado que invariablemente preparás ese día lo merece.

Te cuidás la salud. No sos fanático pero tratas de comer sano. Aspirás a llegar a los noventa años, con camisa leñadora, pañuelito al cuello y boina; hijos profesionales que han hecho buen dinero y nietos que parecen prometedores. Tené cuidado, muchos llegan a esa edad sin saber ni su propio nombre y esos mismos hijos son los que los mandaron al asilo más barato, ese donde te cambian el pañal una vez al día.

Decís que te da pena y bronca la vida del que vive como le gusta, sin miedo de lo que digan los demás, del que si quiere sale y se toma seis o siete botellas de cerveza un lunes o un miércoles.
En realidad te da envidia. Te encantaría hacerlo pero no te animás, como no te animás a decir tu nombre.

Nos llamás perdedores, por lo que se deduce que te considerás un ganador. No es nada nuevo, en la entrada del bar un cartel aclara "Este es un bar de perdedores". Si ganar es llevar tu vida prefiero perder aún más.

Sos tan idiota que hasta me criticás en un comentario con errores de ortografía. Por eso y para que se entienda bien este post es que no lo borré.

No te hagas problema. Hoy El Yaya y yo brindaremos con abundante cerveza negra en honor de tu miserable vida.

15 marzo 2007

Delete all files

Una mesa bastante heterogénea. El Yaya, un cheff, un comunista, un electricista, un funcionario nacional, yo y hasta un tipo igual a Mr.Topo de los Simpsons. Volumen alto de conversación y el Barman de Tenebroso Apodo que miraba con cara de odio.

Hoy me levanto para escribir algo sobre las seguramente interesantes y delirantes charlas que deben haberse producido. Pero la maldita cerveza parece haber borrado todos los recuerdos de anoche, excepto la frase que no debí pronunciar:

-Che Yaya, apostemos un fernet a ver quien escribe el mejor post sobre hoy.-

Seguramente me debe haber ganado

14 marzo 2007

Asco

Martes, cerca de las 23:00 hs, el bar está repleto de gente, Led Zeppelin suena a todo volumen y afuera llueve a cántaros.

Una mujer como de cuarenta años bebe y se hace la bonita sobre la barra, los ocasionales clientes parecen aceptar, saben que ahí hay cama fácil.

Como refugiándose de la lluvia un perro se mete dentro del bar y comienza a ladrar, los esfuerzos por sacarlo son inútiles.

Dicha mujer dice -"Déjenme a mí"- Se agacha, acaricia al perro y le da de tomar cerveza de su propio vaso que el perro toma contento. Se levanta, apoya el vaso sobre la barra y yo me acerco para agarrarlo y ni siquiera lavarlo sino tirarlo a la basura.

No me dió tiempo, siguió tomando como si nada.

10 marzo 2007

Mala suerte

Llegás a las tres y media de la mañana llevando en tus manos un par de empanadas de regalo para el Bartender, el bar está lleno de ingresantes a la universidad que parecen no entender que no serán bienvenidos hasta que tengan 25 años, como está tan lleno no te podés sentar; la cerveza negra que pediste no está muy fria, la chica con la que estás parece no darte bola y... aparece la que fue tu novia de la mano del que fue tu amigo.

Si, hiciste bien en quedarte hasta que el sol quemaba tomando fernet en vasos de litro.

08 marzo 2007

¡Macho! Dijo la partera.....

Sucedió hace unos años....

Cuadro de situación: Son más de las 6 de la mañana, en el bar sólo quedamos los empleados y dos chicas. El barman de abajo (ya no trabaja en el bar) intenta levantarse a una de ellas; la chica está de acuerdo pero la amiga insiste para irse.

-Soy separado, vivo sólo y muy cerca de acá- Dice él.

-Ahhh.... solo....- Contesta ella mientras se le hace agua la boca.

-¡No le des bola! No te das cuenta que son todos iguales, seguro que está casado y la mujer se fue de viaje.- Grita la amiga mientras el resto de los empleados nos destornillamos de la risa en una mesa no tan lejana.

-Además soy muy bueno en la cama- Retruca el barman sin siquiera tomar en cuenta el comentario de la amiga.

No! Ves que son todos iguales, no le des bola. Primero dicen eso y después la tienen así de chiquita.-

El barman no aguantó más, hizo dos pasos hacia atrás para alejarse de la barra y procedió a bajar sus pantalones y ropa interior hasta los tobillos dejando sus atributos masculinos a la vista.

La amiga mala onda salió corriendo, la otra se quedó y nosotros fuimos correctamente expulsados del bar.

01 marzo 2007

Humildes admiradores embebidos en sus mágicas palabras, tercos bailarines de tregua y catala junto a cronopios y famas, autonautas en una cosmopista sin retorno, habitantes encerrados en una casa cada vez más tomada, sabemos que nunca nos llegará el final del juego.
Quizá por ser como la tía que tiene miedo de caerse, como el sabio con agujero en la memoria, como el cristal que deja pasar las moscas, quizá como quien va a sentarse en un sillón capaz de provocar la muerte.
Porque pensamos en sus instrucciones cada vez que subimos una escalera o que alguien nos regala un reloj para nuestro cumpleaños; por todo eso y mucho más, somos y seremos tus eternos admiradores.
Aunque a algún idiota que todavía no entendió nada le ponga las bolas por el piso.