19 octubre 2006

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Extrañamente me encontraba atendiendo abajo ese día, lo que me daba la posibilidad de poner la música que quiero aunque me prohibía fumar, no puede tenerse todo en la vida.

Era bastante tarde ya y mis ganas de cerrar aumentaban en proyección geométrica. El Ebanista se levantó de la mesa junto a su novia y se aproximaron a la barra. Ayer nomás él había anunciado la ruptura de la relación.

-Che flaco, te presento a mi novia.- Dijo con la sonrisa dibujada

-Si, ya la he visto antes- Dije sirviéndole un vaso de whisky importado, porque ahora toma del bueno.

-Pasa que estoy anunciando que esto es bien en serio-

-¿Querés que baje la música y lo anunciás a todo el bar?- Dije mientras la cara del enamorado palidecía.

-No, está bien. Ya me contaron la historia de uno que hizo apagar la música y anunció su casamiento. Todavía están esperando que ponga fecha.-

-Ni idea quien puede ser*. ¿Ella toma algo?-


*Por comentarios que han llegado a mis oídos parece ser que el mentado sujeto es uno de los empleados del bar.

12 octubre 2006

Justicia poética

Ayer miércoles el bar se llenó de "artesanos" que venían de vender sus baratijas en la Plaza San Martín, donde se realizó un acto para recordar a los pueblos originarios de América al que, como todos los años, asistieron un montón de personas de sangre totalmente europea; paradojas de la vida que le dicen.
Como siempre fueron bastante molestos con sus pedidos de música y de rebaja en el precio de la cerveza, aunque siempre se encontraron con mi infranqueable NO.

Pero esa misma tarde, un par de horas antes de abrir el bar, uno de esos personajes que recorren la ciudad de punta a punta en sus moles de metal incumpliendo todas las normas de tránsito posibles, más conocidos como colectiveros, tuvo un acto por el que se convirtió en mi ídolo del día. Los colectiveros son siempre buena gente, yo conocía uno que fue colectivero, después bartender y ahora colectivero de nuevo, siempre se lo recuerda con nostalgia en el bar.

El caso es que me subo al E4 para ir desde mi casa hacia el bar y, más o menos a mitad de camino, intenta subir uno de estos "artesanos" cargado con una mochila enorme en la espalda, una algo más chica en una mano y una enorme bolsa en la otra, un poco más grande que un lavarropas de los viejos para que se den una idea.
Subió la mochila que tenía en la mano, subió él y... cuando intenta subir la bolsa se empieza a ir lenta pero inexorablemente hacia la vereda.
Cuando el tipo se encontraba más o menos a unos 45 grados de inclinación y la caída era inminente se sintió el pequeño soplido de la caja de cambios neumática del colectivo que indicaba que se había colocado la primera velocidad, señal inéquivoca de las intenciones del chofer.

El "artesano" se dió de espalda, con sus rastas, piojos, bolsa, mochilas y baratijas compradas en un mayorista contra la vereda y, antes que pudiera reincorporarse se escuchó al colectivero decir:

-Esperá el próximo-

Esbozó una sonrisa de autosatisfacción e hizo rugir los 210 CV de potencia del motor para partir raudamente, sin siquiera mirar por el espejo.

07 octubre 2006

Sin palabras

Hoy pensaba postear algo sobre todo lo que pasó anoche; los pendejos haciéndose los pesados porque venían de un recital de Almafuerte, los conocidos que fueron de visita, lo que fue tener a Carlitos toda la noche apoyado en la barra, etc.

Pero no.

El beso en la boca que se dieron El Yaya y El Otro Maestro a las cinco y media de la mañana me dejó sin palabras.

02 octubre 2006

Final de noche alargado

La noche del sábado fue tranquila atendiendo la barra del entrepiso. A las cuatro y media cerré y mandé toda la gente abajo. Hasta que terminé de limpiar eran las cinco menos diez, a esa hora bajé y me adueñe de la música.
Un pedido del Ebanista fue irresistible, Macorina de Chavela Vargas no se le niega a nadie y, como no podía ser una sola, también escuchamos Juan Charrasqueando y La Llorona.
Luego un par de temas que ese mismo día había grabado en la PC de un disco de Paco de Lucía, Camarón de la Isla y Tomatito tocando juntos. Que se joda el Yaya por no haber ido.

Cuando me aprestaba a poner un tema del Polaco Goyeneche siento que me tocan el hombro, me doy vuelta y veo al Barman de Pelo Largo que me muestra una botella del vino más caro y me dice:

-Fijate si la podés destapar porque está muy duro el corcho y en cualquier momento me enojo y la reviento contra la pared.-

Después de un rato pudimos destaparla y, al preguntarle a que cliente se la doy, me contesta:

-A ninguno! Sacate ya un vaso que la vamos a tomar!-

A las seis la mayoría se había ido y sólo quedaban un par de conocidos a los que solemos venderle cerveza después de la cinco. El vino descorchado media hora atrás fue rápidamente vaciado.

-¿Che, todavía está tu CD de Peteco Carabajal? Me preguntó mientras renegaba con el corcho de la segunda botella el Barman de Pelo Largo.

-Si no se lo llevó el Barman de Tenebroso Apodo todavía debe estar guardado- Le contesto

Las chacareras suelen generar en mi una intensa e irreflenable sed, y al Barman de Pelo Largo parece que le pasa lo mismo.

Estaba muy alto el sol y muy vacía la estantería de vinos cuando decidimos que Peteco había cantado suficiente.