29 noviembre 2006

Maldito bar

Maldito bar. Te volviste un lugar surrealista, aislado del mundo, más allá del bien y del mal, cruzando tu puerta cualquiera puede sacudirse de su vida diaria y transformarse en un personaje distinto.

Tus mesas son inigualablemente feas, si otro bar las tuviera no iría nadie. Tus vasos suelen estar sucios, la cerveza media caliente, el ventilador entró en corto la semana pasada y las banquetas se rompen seguido.
Tu escalera floja se ha cobrado más de una herida, tus paredes descascaradas y vidrios ya opacos no soportarían una noche en otro lugar. Que sería de vos sin las canillas llorando eternas gotas, que sería de nosotros sin tu gastado piso de madera.
Maldito bar de olor indescriptible y atmósfera turbia donde se confunden los sentidos, maldito bar que hace casi una década formas parte de mi vida.

No puedo creer que te estén por arreglar.

24 noviembre 2006

El Políglota

El poder imaginativo de los borrachos para deformar situaciones es casi inigualable, ellos entienden lo que quieren entender y si no lo entienden lo inventan.

Resulta que una noche (creo fue un martes) a eso de las tres de la mañana entran al bar siete u ocho extranjeros, se sientan en una mesa y piden cervezas y tequila.
En la punta de la barra Toni y José hacía varias horas que tomaban y estaban ya bastante borrachos.

Tres de los extranjeros tenían la cabeza totalmente rapada, por lo que José exclamó en voz más o menos alta:

-Estos putos son skinheads, vamos a pegarles-

-Para che, si fueran fachos no entrarían a un bar donde lo primero que se ve son los afiches del Che y Tupac Amaru, además son extrajeros y, por si fuera poco, son ocho y te van a partir la cabeza.-

En eso, uno de ellos se acerca a la barra y, en inglés, pide más cervezas. Ante la pregunta de El Barman de Tenebroso Apodo sobre su lugar de origen, en un pésimo español contesta que eran de República Checa, integrantes del Teatro Negro de Praga que había actuado esa noche en la ciudad.
José miraba todo entre desconcertado y desconfiado cuando se animó a preguntarle:

-¿Y que les parece Argentina?-

El checo se quedó sin palabras en español así que contestó en inglés:

-Beautiful country and beautiful people-

José miró desconcertado a Toni, que le dijo:

-Dice que es un hermoso país con hermosa gente-

La cara de José pasó del desconcierto a la admiración y, tomando a Toni del brazo y mirándolo fijamente, dijo:

-Uyyy loco.... no sabía que vos hablabas checo-

20 noviembre 2006

Precios

Esta historia será, por primera vez, fuera del bar, pero vale la pena.
Durante toda la semana pasada estuve en la Ciudad de Buenos Aires. Siempre sostuve que Córdoba es una ciudad ideal; sus casi dos millones de habitantes la hacen lo suficientemente grande como para tener todo lo necesario y lo prudentemente chica como para no volverse un infierno. Los más de diez millones de personas que hay en Buenos Aires por sí sólos dan una idea de que es una locura. Pero no es de la ciudad de la que quería hablar sino de uno de sus bares.

El jueves a la noche luego de cenar partimos con un amigo con el que hicimos el viaje en busca de algún lugar donde tomar un par de cervezas.

-¿Donde hay bares que no sean tan caros pero tampoco peligrosos?- Le preguntamos a uno de los tan "amables" taxistas que tiene Buenos Aires.

-En San Telmo- Dijo y procedió a llevarnos hasta una esquina de dicho barrio.

Luego de dar un par de vueltas entramos al que nos pareció más antro de todos. Una puerta con una escalera que subía hacia un pequéño lugar donde un tipo cantaba y casi todas las mesas estaban ocupadas.

Felices de haber encontrado un lugar acorde a nuestras espectativas le pedimos a la muy excedida de peso moza que vino a atendernos una cerveza. Nos trajo una jarra plástica con dos vasos descartables y una cerveza que no era para nada buena.
Decidimos irnos en busca de un lugar mejor así que la llamamos. El que sigue fue, palabras más palabras menos, el texto de la conversación:

- Che, te pago la cerveza ¿Cuanto te debo?-

-Treinta y cuatro pesos- Dijo sin inmutarse (para los extranjeros: 34 pesos son casi 12 dólares)

-Queeeeee!!!! Treinta y cuatro pesos una cerveza en jarra de plástico!!!!!-

-No, la cerveza vale 20. Les cobro 7 a cada uno por el derecho de espectáculo-

En definitiva: Nos cobraron 20 pesos una cerveza de cuarta en una jarra de plástico y catorce pesos por escuchar una canción y media de un tipo que cantaba muy mal.

Eso pasa por ir a otro bar.

13 noviembre 2006

Bueno

Entre los personajes del bar algunos entran en la clasificación de idiotas, otros de insoportables, siempre están los bienvenidos y por último está el grupo de los buenos. Seres trasnochados de ronda por innumerables bares que siempre guardan en su billetera los cuatro pesos necesarios para pasar por el bar y aunque más no sea tomar una cerveza para saludar y frecuentemente ofrecerse para ayudar en algo. Hoy quería hablar de uno de estos tipos calificables como buenos, que paso de ignorado a caerme bien.

Desde atrás de la barra el panorama siempre es bastante pintoresco, muchas veces ví a este grandote con cara de malo sentado sólo tomando Stella Artois pero nunca lo saludé. Una noche que eché del bar a un tipo porque se jactaba de haberle robado un muñequito a un nene de cuatro años este grandote estaba al lado. Una vez que echo al tipo, al volver a la barra lo encuentro apoyado con su Stella a medias:

-Dame una cerveza negra- Dijo.

Lo miré extrañado pero igual se la dí, cuando se la cobro dice que es para mí por haber echado a ese idiota y que cualquier cosa que necesite que lo llame. Un par de semanas después me ayudó con unos borrachos que se pusieron violentos y desde allí fue sumándose de a poco al "elenco" de la barra de arriba, formado por borrachines, impresentables, bienvenidos y ex empleados.

Descubrimos su habilidad para contar chistes, tomamos mucha Stella Artois a su costa, se quedó atendiendo la barra para que yo salga a tomar un poco de aire afuera, me barrió el piso del bar muchas veces y muchas cosas más.

Por todo eso, el cadenazo que le rompió la cabeza el miércoles a la noche en la vereda del bar también me dolió un poco a mí.

07 noviembre 2006

Ausencia

Si, hace mucho tiempo que no escribo nada.
Estoy pasando por un momento extraño.
Los post listos para publicar se acumulan en una carpeta pero finalmente no salen a la luz.
Hasta el Yaya me preguntó extrañado que me pasaba mientras contemplaba la lluvia.
Esta noche me voy a Buenos Aires y vuelvo recién el sábado.
Prometo para la próxima semana volver al ritmo normal.