20 noviembre 2006

Precios

Esta historia será, por primera vez, fuera del bar, pero vale la pena.
Durante toda la semana pasada estuve en la Ciudad de Buenos Aires. Siempre sostuve que Córdoba es una ciudad ideal; sus casi dos millones de habitantes la hacen lo suficientemente grande como para tener todo lo necesario y lo prudentemente chica como para no volverse un infierno. Los más de diez millones de personas que hay en Buenos Aires por sí sólos dan una idea de que es una locura. Pero no es de la ciudad de la que quería hablar sino de uno de sus bares.

El jueves a la noche luego de cenar partimos con un amigo con el que hicimos el viaje en busca de algún lugar donde tomar un par de cervezas.

-¿Donde hay bares que no sean tan caros pero tampoco peligrosos?- Le preguntamos a uno de los tan "amables" taxistas que tiene Buenos Aires.

-En San Telmo- Dijo y procedió a llevarnos hasta una esquina de dicho barrio.

Luego de dar un par de vueltas entramos al que nos pareció más antro de todos. Una puerta con una escalera que subía hacia un pequéño lugar donde un tipo cantaba y casi todas las mesas estaban ocupadas.

Felices de haber encontrado un lugar acorde a nuestras espectativas le pedimos a la muy excedida de peso moza que vino a atendernos una cerveza. Nos trajo una jarra plástica con dos vasos descartables y una cerveza que no era para nada buena.
Decidimos irnos en busca de un lugar mejor así que la llamamos. El que sigue fue, palabras más palabras menos, el texto de la conversación:

- Che, te pago la cerveza ¿Cuanto te debo?-

-Treinta y cuatro pesos- Dijo sin inmutarse (para los extranjeros: 34 pesos son casi 12 dólares)

-Queeeeee!!!! Treinta y cuatro pesos una cerveza en jarra de plástico!!!!!-

-No, la cerveza vale 20. Les cobro 7 a cada uno por el derecho de espectáculo-

En definitiva: Nos cobraron 20 pesos una cerveza de cuarta en una jarra de plástico y catorce pesos por escuchar una canción y media de un tipo que cantaba muy mal.

Eso pasa por ir a otro bar.

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