A eso de las dos de la mañana, cansado de renegar con Miguel el Electrisista que insiste en poner música, decido cambiar un poco de aire y salir a dar una vuelta para visitar algunos amigos, empleados o dueños de bares.
Entro, saludo, pido una cerveza de la más cara y le pongo cara de orto al mozo que me atiende cuando me da un vaso plástico.
-No, a él dale vaso de vidrio y no le cobres cuando venga-
Escucho la voz de mi amigo El Dueño del Otro Bar que me a visto entre la multitud y se acerca. Charlamos un rato escuchando el asqueroso rock viejita mezclado con reggaeton que escuchan allí y que tan buenos réditos económicos le deja a mi amigo.
-Che ¿tu viejo? No lo vi cuando entré-
-Debe estar arriba chamuyando alguna pendeja, ya mando a uno de los guardias para que lo busque-
A los cinco minutos se hizo presente El Padre del Dueño del Otro Bar y se sienta no sin antes traer una botella de Juancito el Caminante (este blog no hace publicidad gratuita y menos de un whisky tan insípido).
La botella se terminó y a ella siguió una segunda... hasta ahí recuerdo, ahora son las cinco de la tarde y recién llego a mi casa con un terrible dolor de cabeza y con ganas de dormir por los próximos tres o cuatro días.
25 noviembre 2007
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3 comentarios:
A usted le parece bonito?!
Ese fue el motivo por el cual tengo que esperar hasta el jueves como mínimo por una cerveza?
Después me cuenta cual es ese otro bar, no iré sin su autorización pero bueno, quiero saber.
Vaya a seguir durmiendo.-
Qué? Y ahora va a decir que no se acuerda que, a la salida de aquél bar le presté $ 500 que me iba a devolver esta noche a más tardar?
Me gustan mucho las publicidades de Johnny Walker; me acuerdo una que hacia el actor Harvey Keitel, la mejor.
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