Hace un par de años, un día que la tarde me encontraba sentado del lado de los clientes del bar hablando con el Barman de Escasa Estatura llega un asiduo concurrente, trabajador del ambiente teatral cordobés.
-Buenas. ¿No ha llegado mi novia?-
-No, no vino, sentate un rato y esperala tomando algo con nosotros.- Ofreció el siempre amable Barman.
-Bueno, me siento. ¿Saben una cosa? Tengo una sola entrada para ir a ver a Marcel Marceau, actúa dentro de dos horas; y como mi novia me quiere ver y yo no quiero que se quede sóla acá en el bar no voy a ir.- Dijo ante nuestras asombradas caras sabedoras de que Marceau ya pasaba los 80 años y las entradas pasaban los 80 pesos.
En eso entra al bar la novia del desafortunado con cara de felicidad y los dos se sientan en la última mesa del bar. A los cinco minutos él viene a buscar una cerveza, la paga y deja sobre la barra, cual propina, la entrada para Marceau. -Úsenla, yo no voy, se las regalo.-
El Barman de Poca Altura la agarró, la miró de cerca con deseo y me la dió:
-Toma flaco, yo estoy trabajando y vos de franco, la suerte te favoreció, andá a verlo.-
Fue la última vez que Marcel Marceau actuó en Argentina. Hoy, en Francia y a los 84 años cerró los ojos y calló para siempre quien logró hacer poesía con el silencio.
23 septiembre 2007
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2 comentarios:
Hoy solo me atrevo a ofrecer silencio en su honor...
Un abrazo Bartender.-
Un minuto de silencio, ya se dijo en otros foros de menor prestigio, sería enfático.
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