Para ir aclarando un poco las cosas acá va una recopilación de los personajes que habitan este infame blog.
El Yaya
Adicto al Vittone y a los textos del cieguito anglófilo, confeso admirador de Pizarro y blogero de primera. Aún no podemos entender como dicho sujeto puede educar a los niños de este país.
Corazón con aujeritos
Impresentable de prominente cornamenta y frases celebres.
El Ebanista
Personaje que éste blog le robó a El Simon Dice, que dicho blog había robado al bar y que el bar se lo quitó a la ciudad. Miembro fundador del Partido Separatista Cordobés.
El Viejo
Personaje infaltable en cualquier antología de personajes cordobeses, deberíamos empezar una campaña para que aparezca junto a otros como Jardín Florido y El Cabeza Colorada. Además ya lo declaramos Patrimonio del Bar.
El Barman de Tenebroso Apodo
Mozo en Jefe del Bar. Generador de amores y odios por partes iguales. No es el de antes pero aún sigue teniendo algunas noches de descontrol.
Barman de Pelo Largo
Sujeto calmo y bueno como él sólo. Prefiere Peteco y vino tinto antes que cualquier otra cosa.
El Otro Maestro
Sujeto que se casa en breve y por lo tanto abandonará estas páginas.
Tony el Repartidor
Su metro noventa y 120Kg lo transforman en la ayuda favorita cuando hay que expulsar a algún indeseable.
Chispita
Desequilibrado que por suerte hace mucho no aparece.
Carlitos el Cabaretero
Desde hace cinco años se pasa viernes y sábados acodado a la barra tratando de beber a costa de alguien para así ahorar para las putas. Cuida la barra cuando yo salgo por algún motivo, ya logró autorización para vender y abrir la caja.
El Enano Facho
Defensor del turco capicúa porque en los noventa logró comprarse una renoleta fundida. Blanco de todas nuestras puteadas después de las cinco de la mañana. Más de una vez sostuvo que "con los milicos se vivía tranquilo" por lo que fue expulsado sin piedad.
El Antiguo Electricista
Sujeto que tuvo que abandonar el trabajo en el bar porque bebía más de lo que trabajaba.
Miguel el Electricista
Sujeto que tendrá que abandonar el trabajo en el bar porque bebe más de lo que trabaja.
El Antiguo Bartender
Procer del bar que ahora nos honra con su presencia sólo un par de veces al año
El Arzobispo
La última adquisición del bar, está en etapa de prueba aunque la va superando holgadamente.
28 junio 2007
26 junio 2007
Bailando por un sueño
Uno
-Dale ponelo- Dice el Barman de Pelo Largo viendo el reloj y dándose cuenta de que ya tomó lo suficiente como para animarse.
Le doy "play" a Zorba el Griego e inmediatamente mi compañero comienza su danza sobre la barra.
Dos
Entra una chica que no es fea pero tampoco es para volverse loco.
-Chicos, me dejan hacer un striptease en la escalera caracol.-
-Que!!! Estás loca flaca, andate a la mierda-
-Daleeeeee, no te cobro nada. Me pongo en bolas y después paso la gorra.-
Tres
El orden de los sucesos es el siguiente: Barman de Tenebroso Apodo bebe en demasía - Barman de Tenebroso Apodo pone Danza Rusa de Tom Waits - Barman de Tenebroso Apodo se sube a bailar sobre la barra - Barman de Tenebroso Apodo se cae - Brahma reemplaza la heladera rota.
-Dale ponelo- Dice el Barman de Pelo Largo viendo el reloj y dándose cuenta de que ya tomó lo suficiente como para animarse.
Le doy "play" a Zorba el Griego e inmediatamente mi compañero comienza su danza sobre la barra.
Dos
Entra una chica que no es fea pero tampoco es para volverse loco.
-Chicos, me dejan hacer un striptease en la escalera caracol.-
-Que!!! Estás loca flaca, andate a la mierda-
-Daleeeeee, no te cobro nada. Me pongo en bolas y después paso la gorra.-
Tres
El orden de los sucesos es el siguiente: Barman de Tenebroso Apodo bebe en demasía - Barman de Tenebroso Apodo pone Danza Rusa de Tom Waits - Barman de Tenebroso Apodo se sube a bailar sobre la barra - Barman de Tenebroso Apodo se cae - Brahma reemplaza la heladera rota.
25 junio 2007
La edad de una dama
Sábado, tres de la mañana, el bar está repleto de adolescentes como todo fin de semana.
Carlitos y el Yaya comparten a regañadientes una jarra de fernet acodados en la barra mientras charlamos sobre vaya a saber que importantísimo asunto.
Entran tres personajes de esos indeseables autotitulados artesanos; hombre de unos 40 años, y dos mujeres de 35 y 45 según nuestro rápido cálculo. Bromeamos sobre su lamentable aspecto de cuerpos consumidos por las drogas baratas y la extraña enfermedad que vino del norte.
La más vieja viene a la barra me da $10 y pide un cerveza. Agarro los diez, los meto en la caja y sigo hablando como si nada, ella se da vuelta no comprendiendo lo que sucede y vuelve con otros $10, le doy la cerveza más caliente que encuentro.
A los 20 minutos mi nariz detecta humo y no precisamente de tabaco. Salgo como disparado hacia afuera de la barra y encaro directamente para la mesa donde estaban, no me equivoco, eran ellos.
-Che la puta que te parió, apagá eso antes que te parta la cabeza- Fue mi amable pedido.
-¿Porqué?- Me desafía
-Porque tienen 50 años y están en un bar de pendejos, pedazo de ridículos, no les da vergüenza. 50 años. Y si sos tan malo vení que te cago a trompadas-
El Yaya, Carlitos el Cabaretero, Miguel el Electricista y Tony el Repartidor se paran detrás mío en belicosa actitud hacia el sujeto que queda mudo y agacha la cabeza. Mientras vuelvo a la barra le voy gritando:
-50 años, ridículos, vayan a dormir que cierra el asilo.- Todos los clientes se les ríen
Vuelvo a la barra. El Yaya me dice:
-Sos hiriente cuando querés, desgraciado.-
En eso se aproxima la más grande de las mujeres con evidente cara de indignación y grita provocando la risa de todos:
-Ehh....eh...e...y.....yy....yo......yo.......yy...yo no tengo 50!!!-
Carlitos y el Yaya comparten a regañadientes una jarra de fernet acodados en la barra mientras charlamos sobre vaya a saber que importantísimo asunto.
Entran tres personajes de esos indeseables autotitulados artesanos; hombre de unos 40 años, y dos mujeres de 35 y 45 según nuestro rápido cálculo. Bromeamos sobre su lamentable aspecto de cuerpos consumidos por las drogas baratas y la extraña enfermedad que vino del norte.
La más vieja viene a la barra me da $10 y pide un cerveza. Agarro los diez, los meto en la caja y sigo hablando como si nada, ella se da vuelta no comprendiendo lo que sucede y vuelve con otros $10, le doy la cerveza más caliente que encuentro.
A los 20 minutos mi nariz detecta humo y no precisamente de tabaco. Salgo como disparado hacia afuera de la barra y encaro directamente para la mesa donde estaban, no me equivoco, eran ellos.
-Che la puta que te parió, apagá eso antes que te parta la cabeza- Fue mi amable pedido.
-¿Porqué?- Me desafía
-Porque tienen 50 años y están en un bar de pendejos, pedazo de ridículos, no les da vergüenza. 50 años. Y si sos tan malo vení que te cago a trompadas-
El Yaya, Carlitos el Cabaretero, Miguel el Electricista y Tony el Repartidor se paran detrás mío en belicosa actitud hacia el sujeto que queda mudo y agacha la cabeza. Mientras vuelvo a la barra le voy gritando:
-50 años, ridículos, vayan a dormir que cierra el asilo.- Todos los clientes se les ríen
Vuelvo a la barra. El Yaya me dice:
-Sos hiriente cuando querés, desgraciado.-
En eso se aproxima la más grande de las mujeres con evidente cara de indignación y grita provocando la risa de todos:
-Ehh....eh...e...y.....yy....yo......yo.......yy...yo no tengo 50!!!-
21 junio 2007
Pequeña obra en tres actos
Obertura
Sujeto de abundante cabellera enrulada rondando los 45 años se acoda en la barra donde El Yaya, El Barman de Escasa Estatura y yo compartimos amena charla. Bebe impunemente del vaso del Yaya.
Intermezzo
El sujeto escucha detenidamente los males de amores del Barman de Escasa Altura y, en postura de superado, declama:
-Mi mujer trabaja en una whiskería y no me importa, yo acepto su trabajo-
En una mesa del fondo dos señoritas de 20 años charlan y beben desde hace un par de horas.
Fin
Una de las señoritas que bebían al fondo se acerca, fibrón en mano, y se ofrese a dibujar nuestros cuerpos, proposición que es rechazada por todos salvo por el sujeto.
Le dibuja un ojo en el ombligo y una clave de sol en la mano.
El Yaya lanza su veredicto y obtiene su respuesta:
-Negro, te va a matar tu mujer cuando llegues a tu casa-
-¡¡¡Que me va a decir esa hija de puta, si se la pasa chupando pijas toda la noche!!!- Acto seguido estalla en incontrolable llanto que ninguno de nosotros tres está dispuesto a soportar
Sujeto de abundante cabellera enrulada rondando los 45 años se acoda en la barra donde El Yaya, El Barman de Escasa Estatura y yo compartimos amena charla. Bebe impunemente del vaso del Yaya.
Intermezzo
El sujeto escucha detenidamente los males de amores del Barman de Escasa Altura y, en postura de superado, declama:
-Mi mujer trabaja en una whiskería y no me importa, yo acepto su trabajo-
En una mesa del fondo dos señoritas de 20 años charlan y beben desde hace un par de horas.
Fin
Una de las señoritas que bebían al fondo se acerca, fibrón en mano, y se ofrese a dibujar nuestros cuerpos, proposición que es rechazada por todos salvo por el sujeto.
Le dibuja un ojo en el ombligo y una clave de sol en la mano.
El Yaya lanza su veredicto y obtiene su respuesta:
-Negro, te va a matar tu mujer cuando llegues a tu casa-
-¡¡¡Que me va a decir esa hija de puta, si se la pasa chupando pijas toda la noche!!!- Acto seguido estalla en incontrolable llanto que ninguno de nosotros tres está dispuesto a soportar
17 junio 2007
Ora pro nobis
En el kiosco que comparte local con el bar siempre trabajaron señoritas bastante bonitas, situación más que festejada por empleados y parroquianos del tugurio.
Ante la renuncia de alguna de ellas siempre eran reemplazadas por otra y así sucesivamente; hasta que un día todos quedaron perplejos con la imagen de un sujeto masculino de más de cuarenta años diciendo:
-De ahora en adelante yo voy a atender a la noche-
Grande fue la sorpresa cuando descubrimos en él a uno de los mejores clientes del bar, su predilección por el whisky vacía las botellas con la velocidad de una gacela.
Nadie sabe bien por qué, pero como a toda persona del bar, le terminamos poniendo un apodo. Perdió su nombre para siempre y pasó a ser para todos El Arzobispo.
Como el bar es casi un templo y los clientes sienten una religiosa obligación de asistir no venía mal empezar a poner un poco de jerarquías. El Arzobispo ya se lo tomó medio en serio y nombró monaguillo al Barman de Tenebroso Apodo y Sacristán a quien esto escribe.
Realiza bendiciones de parejas, exorcisa arrojando gotas de whisky a quienes no beben y trata a todos como "hijos míos".
Es más, prometió traer al bar a un tal Benedicto; no sabemos quien es pero lo estamos esperando
Ante la renuncia de alguna de ellas siempre eran reemplazadas por otra y así sucesivamente; hasta que un día todos quedaron perplejos con la imagen de un sujeto masculino de más de cuarenta años diciendo:
-De ahora en adelante yo voy a atender a la noche-
Grande fue la sorpresa cuando descubrimos en él a uno de los mejores clientes del bar, su predilección por el whisky vacía las botellas con la velocidad de una gacela.
Nadie sabe bien por qué, pero como a toda persona del bar, le terminamos poniendo un apodo. Perdió su nombre para siempre y pasó a ser para todos El Arzobispo.
Como el bar es casi un templo y los clientes sienten una religiosa obligación de asistir no venía mal empezar a poner un poco de jerarquías. El Arzobispo ya se lo tomó medio en serio y nombró monaguillo al Barman de Tenebroso Apodo y Sacristán a quien esto escribe.
Realiza bendiciones de parejas, exorcisa arrojando gotas de whisky a quienes no beben y trata a todos como "hijos míos".
Es más, prometió traer al bar a un tal Benedicto; no sabemos quien es pero lo estamos esperando
15 junio 2007
Miércoles
Miércoles, medianoche. La temperatura se acerca peligrosamente al cero recordándonos por unos días lo que era el invierno antes de que Al Gore nos quiera volver paranoicos. Abro la barra de arriba, por media hora estoy sólo hasta que aparece el Barman de Poca Altura que ha terminado su turno en la barra de abajo.
-Chau, nos vemos mañana. Abajo está el impresentable del Yaya que seguro viene a tomar algo con vos así que yo mejor me voy a la mierda.- Se despide antes de largar un kilométrico recitativo de puteadas porque se olvidó los guantes y anda en moto.
-Compré una jarra de fernet antes de venir a saludar así no perdemos tiempo- Es la primera frase del Yaya al llegar, olvidando adrede que desde hace un tiempo me he convertido en una de esas despreciables personas que no beben.
La charla transcurre sin mayores sobresaltos hasta que vemos emerger de las profundidades de la escalera caracol a Miguel, el electricista del Bar, en evidente estado de ebriedad pseudo simpática del tipo "pago yo y mañana no me acuerdo".
En las dos horas que lo hicimos hablar para reirnos un poco este sujeto se acostó con una sueca que después resultó ser irlandesa pero que hablaba italiano, todo esto en la casa de un amigo que es jujeño pero sus padres son noruegos. Además conoció España, se convirtió en lider político barrial, se enfrentó solo con sus puños a dos ladrones armados, fue a Alcohólicos Anónimos, trabajó en la construcción del centro comercial cercano al bar, vió todas las películas de Eisenstein, leyó mucho a Borges y conoció los fundamentos por los que Jung renegó de Freud.
Escuchó a Los Olimareños en vivo, se peleó con un ex Montonero que terminó reconociendo que él tenía razón, se compró un nuevo taladro y muchas cosas más ante la atenta mirada y carcajada constante de el Yaya, el Barman de Tenebroso Apodo y mía.
-Estoy leyendo un libro de un alemán que la tiene re clara, dice que la masa no se puede controlar, sino que hay que conducirla.- Dijo sesudamente
-Ahhh, si lo conozco, Heinz Harald Frentzen*- Le dije.
-Si, ese mismo, está re bueno.-
*Heinz Harald Frentzen: Piloto alemán de Fórmula Uno durante la década del noventa, nunca fue muy bueno pero se destacó por ser el tipo al que Michael Schumacher le robó la novia.
La idea de la masa y su conducción es de un estratega militar alemán llamado Von Clausewitz, que es tomada por Perón en la primera página de su libro Conducción Política, nombrando a Von Clausewitz en la nota al pié. Apuesto lo que quieran que El Electricista leyó ese libro y no el del alemán.
-Chau, nos vemos mañana. Abajo está el impresentable del Yaya que seguro viene a tomar algo con vos así que yo mejor me voy a la mierda.- Se despide antes de largar un kilométrico recitativo de puteadas porque se olvidó los guantes y anda en moto.
-Compré una jarra de fernet antes de venir a saludar así no perdemos tiempo- Es la primera frase del Yaya al llegar, olvidando adrede que desde hace un tiempo me he convertido en una de esas despreciables personas que no beben.
La charla transcurre sin mayores sobresaltos hasta que vemos emerger de las profundidades de la escalera caracol a Miguel, el electricista del Bar, en evidente estado de ebriedad pseudo simpática del tipo "pago yo y mañana no me acuerdo".
En las dos horas que lo hicimos hablar para reirnos un poco este sujeto se acostó con una sueca que después resultó ser irlandesa pero que hablaba italiano, todo esto en la casa de un amigo que es jujeño pero sus padres son noruegos. Además conoció España, se convirtió en lider político barrial, se enfrentó solo con sus puños a dos ladrones armados, fue a Alcohólicos Anónimos, trabajó en la construcción del centro comercial cercano al bar, vió todas las películas de Eisenstein, leyó mucho a Borges y conoció los fundamentos por los que Jung renegó de Freud.
Escuchó a Los Olimareños en vivo, se peleó con un ex Montonero que terminó reconociendo que él tenía razón, se compró un nuevo taladro y muchas cosas más ante la atenta mirada y carcajada constante de el Yaya, el Barman de Tenebroso Apodo y mía.
-Estoy leyendo un libro de un alemán que la tiene re clara, dice que la masa no se puede controlar, sino que hay que conducirla.- Dijo sesudamente
-Ahhh, si lo conozco, Heinz Harald Frentzen*- Le dije.
-Si, ese mismo, está re bueno.-
*Heinz Harald Frentzen: Piloto alemán de Fórmula Uno durante la década del noventa, nunca fue muy bueno pero se destacó por ser el tipo al que Michael Schumacher le robó la novia.
La idea de la masa y su conducción es de un estratega militar alemán llamado Von Clausewitz, que es tomada por Perón en la primera página de su libro Conducción Política, nombrando a Von Clausewitz en la nota al pié. Apuesto lo que quieran que El Electricista leyó ese libro y no el del alemán.
11 junio 2007
Idiocracy
La noche venía tranquila. Con el Yaya, el Ebanista, el Kiosquero de la Otra Cuadra y el Rial de San Vicente apoyados en mi barra no había forma de aburrirse y además la plebe parecía tranquila. Nos dedicábamos a sacar conclusiones sobre algunos clientes:
-Che Ebanista, fijate el otario ese que entró, es igual a Marciano Cantero.- Digo provocando la carcajada de mis contertulios.
-¡¡¡Uhhhh, mirá el gato ese que entró!!! Está para partirla en ocho. ¿Cuanto le habrá costado al negro feo ese? Porque para andar con esa mina seguro que pagó.- Sentencia y recibe la unánime aprobación El Rial de San Vicente.
Y así continuó la serie de comentarios:
-¡¡¡Ese mono recién se baja del árbol!!!-
-¡¡¡Que cara de cornudo que tiene ese!!!-
-Che, dejá de hacerlo trabajar a Miguel aprovechándote de su borrachera-
Una noche más en definitiva.
Hasta que en un momento suben un grupo de 5 mugrientos autotitulados artesanos, título al que acceden por vender baratijas compradas en un mayorista, pedir descuento y no bañarse más de una vez al mes. A los tres 3 varones los conozco de vista, a las mujeres no.
Se sientan en una mesa y una de ellas pone algo en el piso, bajo la mesa; acostumbrado a que anden siempre con sus bártulos a cuestas me imagino que es una mochila hasta que el Ebanista me advierte:
-Che Mati, esa hija de puta lo que tiene en el piso es un bebé-
Voy a la mesa y le digo que se vayan poniendo como excusa que la municipalidad clausuraría el bar si hay un menor dentro. Los varones me miran como aprobando la orden salvo uno que es controlado por El Arzobispo*.
La hembra de la especie homo sapiens sapiens (mujer, madre o cualquier cosa parecida le queda demasiado grande) me contesta que no, que toma un par de cervezas más y se va. Está evidentemente alterada por alguna de las drogas baratas y de pésima calidad que queman los cerebros de esta clase de entes.
Luego de insistir y de que la propia gente que estaba con ella admitiera que la mina estaba totalmente pasada de drogas y que era una locura que esté allí con el bebé logré que se fuera.
Los tres varones se quedaron
-Si negro, yo el día que tenga hijos no los voy a llevar tan chicos a los bares- Sentenció uno de ellos confirmándome que este mundo está evidentemente perdido.
*Personaje que será presentado en breve mediante algún mediocre post
-Che Ebanista, fijate el otario ese que entró, es igual a Marciano Cantero.- Digo provocando la carcajada de mis contertulios.
-¡¡¡Uhhhh, mirá el gato ese que entró!!! Está para partirla en ocho. ¿Cuanto le habrá costado al negro feo ese? Porque para andar con esa mina seguro que pagó.- Sentencia y recibe la unánime aprobación El Rial de San Vicente.
Y así continuó la serie de comentarios:
-¡¡¡Ese mono recién se baja del árbol!!!-
-¡¡¡Que cara de cornudo que tiene ese!!!-
-Che, dejá de hacerlo trabajar a Miguel aprovechándote de su borrachera-
Una noche más en definitiva.
Hasta que en un momento suben un grupo de 5 mugrientos autotitulados artesanos, título al que acceden por vender baratijas compradas en un mayorista, pedir descuento y no bañarse más de una vez al mes. A los tres 3 varones los conozco de vista, a las mujeres no.
Se sientan en una mesa y una de ellas pone algo en el piso, bajo la mesa; acostumbrado a que anden siempre con sus bártulos a cuestas me imagino que es una mochila hasta que el Ebanista me advierte:
-Che Mati, esa hija de puta lo que tiene en el piso es un bebé-
Voy a la mesa y le digo que se vayan poniendo como excusa que la municipalidad clausuraría el bar si hay un menor dentro. Los varones me miran como aprobando la orden salvo uno que es controlado por El Arzobispo*.
La hembra de la especie homo sapiens sapiens (mujer, madre o cualquier cosa parecida le queda demasiado grande) me contesta que no, que toma un par de cervezas más y se va. Está evidentemente alterada por alguna de las drogas baratas y de pésima calidad que queman los cerebros de esta clase de entes.
Luego de insistir y de que la propia gente que estaba con ella admitiera que la mina estaba totalmente pasada de drogas y que era una locura que esté allí con el bebé logré que se fuera.
Los tres varones se quedaron
-Si negro, yo el día que tenga hijos no los voy a llevar tan chicos a los bares- Sentenció uno de ellos confirmándome que este mundo está evidentemente perdido.
*Personaje que será presentado en breve mediante algún mediocre post
09 junio 2007
Día miércoles. El Yaya cumple con su religiosa visita de entresemana. Estamos en la barra hablando cando se hacerca un despreciable individuo que suele frecuentar el bar. Es evidente su calamitoso estado de ebriedad.
Como todo ebrio se mete en la charla y apoya su botella y vaso en la barra no sin antes insistirme catorce veces para que tome un trago porque sino lo considera un desprecio. Para ver si se calla y se va me sirvo un vaso hasta el borde, lo choco con el suyo y lo vacío en la pileta de lavar.
-Porque este país es una mierda. Son todos descendientes de españoles y de italianos y España e Italia son la mierda de Europa.- Dice sin que nadie le de pié para semejante comentario y menos frente a un descendiente de italianos como yo y a uno de españoles como el Yaya.
Apenas se dió vuelta tiré el contenido de la botella también. No sirvió de mucho, a pesar de que no le volvimos a vender se quedó toda la noche despotricando contra Europa, Latinoamérica, los ovnis que según él construyeron las pirámides de Egipto y las ballenas que defiende Greenpeace.
08 junio 2007
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